Sobre Wilde y un Infame.

| viernes, 5 de agosto de 2011 | 0 comentarios |
Aveces, sólo aveces, me preguntó si mi alma se ha condenado. Siempre escribo sobre dos hombres: Óscar Wilde y Raymond Loubet....pero a ninguno de ellos mi alma ha alcanzado. Quizá al segundo en sueños me he encontrado, y en sus ojos violáceos mi vida he depositado.

Suerte ha sido la mía al encontrar en las palabras de mi escritor amado, una referencia a los sentimientos que no he podido nombrar, pero ¿por qué reducir a palabras la esencia que a mi vida le da significado?

Sólo en versos de Wilde encontré el atisbo de lo que a mí me provoca estos dulces estragos...

"No, que nunca comience,

Un mundo no es suficiente

Para dos como tú y yo."

Te amo, Óscar Wilde, porque tus palabras sacuden mi alma, como las caricias de aquél desgraciado que se robó mis pensamientos y les convirtió en versos desgarrados...un embustero desalmado en cuyas sombras he danzado.

Creo que tengo el síndrome de Estocolmo...

| miércoles, 8 de junio de 2011 | 0 comentarios |
Sí, eso creo. O mejor dicho, quizá esto es el colmo. Aunque, realmente, creo que mi cabeza quiere etiquetarlo como si fuera malo, porque la racionabilidad convencional eso me marca...pero mi racionalidad ya se fue por otro lado, y lo malo ya no me resulta tan terrible.

Me enamoré de él sin esperarlo, sin quererlo y sin pensarlo. Cuando lo conocí, me aterraba. No quería saber nada de él, sentía que invadía mi espacio y mi mente y todo...pero fue ése mismo contacto lo que me hizo caer. Al escucharlo, al verlo, al darme cuenta de las cosas, caí en su red.

Es increíble el grado de estupidez en el que me encuentro, me muerdo los labios anhelando un beso que no quiero pedir y que él se piensa aguantar para hacerme suplicar. Es un juego tan enviciante. Él es el reto que yo quería afrontar...


Algunas personas me dicen que lo que yo tengo es que estoy cegada, que lo estoy poniendo en un pedestal....que lo estoy idealizando. ¿y cómo no Idealizar al hombre que es mi ideal? Es el hombre adecuado para mí, justamente porque no es el tipo de hombre que yo buscaba. Él es un reto y una maldición....pero es el tipo de hombre que quiso estar conmigo y convertirse en mi compañero.

Toda mi vida pensé que el hombre perfecto para estar conmigo tenía que ser educado,tierno, romántico, poético, un príncipe gallardo y encantador...graciosamente, me encontré a un tirano seductor, con una lengua filosa y unas miradas de matón. Cuando lo conocí, no cumplía con el estereotipo....de hecho, creo que me hizo tragarme mis palabras una por una, hasta que las vomité.

En vez de mi prototipo de hombre tierno, encontré a un bastardo con el carácter suficiente para callarme con una mirada o un sarcasmo cuando abro demás la boca...Si yo creía que tenía mal genio, él vino a robarse mi lugar. En vez de un poeta que me recite palabras hermosas, encontré a un músico que le aburre de sobre manera escuchar sermones...y sus poesías son más bien melodías a las que mis palabras dan forma... Así que no encontré a mi príncipe encantador, pero sí encontré un tirano seductor que se propuso enamorarme y lo logro. ¡Maldito estúpido!

Por últimos, mi prototipo de hombre romántico se derrumbo. Nunca pensé que gozaría tanto la ausencia de alguien que grite a los cuatro vientos que me ama....y la disfruto porque tengo a un hombre que me ama en silencio y me entrega lo mejor de sí con sus acciones diarias.

Así que aquí estoy, pudriéndome de amor por un imbécil. Yo no esperaba quererlo, pero al comenzar a tratarlo, me di cuenta que es IMPOSIBLE no amarlo...y nadie más lo vio, él estaba allí y nadie jamás lo vio. Ni siquiera yo lo había visto, pero él me vio a mí...y decidió que yo tenía que ser la persona que caminase a su lado, que compartiese sus secretos....que compartiese y disfrutase su misterio.

Con sólo verlo y estar cerca suyo, siento que nada más en la vida podría importar o me podría faltar. Y cuando él vuelve sus ojos hacia mí, aunque no lo exprese con palabras, sé que está cómodo...sé que no está decepcionado de lo que ha encontrado en mí, y de alguna manera los dos estamos bien. No somos lo que buscábamos, ni lo que soñábamos...pero nos hemos vuelto uno solo. Porque nunca podremos escapar de nosotros...siempre habrá algo de él en mí y algo de mí en él.

Porque si escogí éste infierno....fue para estar junto a ti.
Gracias por todo R.L.